Un reciente estudio reveló que los gatos domésticos no solo reconocen la voz de sus dueños, sino que también distinguen cuándo se les está hablando directamente. A diferencia de lo que muchos pensaban, los felinos no son indiferentes por falta de comprensión, sino por una decisión propia: entienden, pero eligen no obedecer. Esta investigación refuerza lo que millones de amantes de los gatos ya intuían, dándole base científica a ese característico aire de autonomía que tanto los define.
La investigación demostró que los gatos responden de manera distinta al discurso dirigido específicamente hacia ellos en comparación al que se destina a otras personas. Esta capacidad se activa gracias a los cambios en el tono de voz que los humanos adoptan al hablar con sus mascotas. Lejos de ser una desventaja, este hallazgo confirma una vez más la peculiar personalidad de los gatos, que prefieren mantener su independencia incluso cuando saben exactamente lo que se les está pidiendo.