Sebastián, un hombre de 30 años de Valparaíso, solicitó en diciembre de 2024 la reimpresión de su cédula de identidad en el Registro Civil. Al recibir el nuevo documento, descubrió que tanto la foto como la firma correspondían a las que tenía a los 9 años. De inmediato, devolvió la cédula y, desde entonces, ha estado casi tres meses sin el documento, enfrentando dificultades para realizar trámites básicos, como actualizar productos bancarios, firmar finiquitos laborales y solicitar un crédito hipotecario.
Este caso se suma a las denuncias por retrasos en la entrega de documentos y los constantes errores del sistema de identificación, que, por ahora, no muestran señales de mejora.
