Un estudio realizado por el Behavior & Brain Lab de la Universidad IULM descubrió que comer pasta genera emociones intensamente positivas, en algunos casos superando la alegría de escuchar música o ver deportes. Mediante técnicas neurocientíficas, los investigadores analizaron las respuestas cerebrales y encontraron que el consumo de pasta provoca un profundo compromiso emocional.
Más allá del placer, el estudio también reveló que comer pasta estimula la memoria y las funciones cognitivas a niveles sorprendentes. Esto sugiere que la experiencia de disfrutar una comida no se limita solo al sabor, sino que también influye en la actividad cerebral de formas que potencian el bienestar general.
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