Un pasajero de American Airlines decidió probar su no tan apropiado sentido del humor cambiando el nombre de su red wifi a “Hay una bomba en el avión”. Como era de esperarse, la broma no cayó nada bien entre el resto de los viajeros ni en la tripulación, que activó todos los protocolos de seguridad. Resultado: caos, pánico y un retraso de casi 4 horas. ¿Cómo habrían reaccionado ustedes ante este gracioso?
Cuando pidieron al responsable que diera la cara, este decidió guardar silencio, obligando a todos los pasajeros a bajarse del avión y demostrar el nombre de su red wifi antes de volver a embarcar. Nadie confesó, pero lo que sí es seguro es que la ocurrencia convirtió un vuelo corto en una larga y tensa espera. La historia no tuvo víctimas, pero sí muchos pasajeros con ganas de encontrar al bromista y darle una lección de humor menos explosiva.
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