En la ciudad china de Neijiang, un pequeño inescrupuloso decidió darle un poco de chispa a la rutina, y con la ayuda de un petardo y una curiosidad digna del más intrépido investigador, tuvo la ocurrencia de lanzar el explosivo por el orificio de una alcantarilla y huir de la escena del crimen. Segundos después, la calle se convirtió en la escena de una película de acción: una explosión levantó la tapa de alcantarilla y volcó los vehículos estacionados. ¡Dejó la mansaca!
Afortunadamente, nuestro joven protagonista salió ileso de su experimento pirotécnico, y con una gran historia para contar a sus compañeritos. Las autoridades informaron que al menos ocho vehículos resultaron dañados, con pérdidas estimadas en 285 mil yuanes (unos 39 millones de pesos chilenos). El video del incidente se volvió viral, recordándonos que, aunque la curiosidad es una virtud, a veces es bueno dejar las cosas en la idea, y no realizarlas.