Crecen los rumores en Estados Unidos sobre la relación de la norteamericana Beyoncé y los altos ejecutivos de la industria musical, ya que, la máxima ganadora de premios Grammy de la historia, volvió a ganar, y esta vez en una categoría en la que estaba lejos de ser la favorita.
La crítica no se ha hecho esperar, especialmente considerando las métricas y el favoritismo del álbum Short n’ Sweet de Sabrina Carpenter, o el impacto musical y mediático que tuvo el disco Brat de nuestra Charli XCX, e incluso algunos pensaban que el larguísimo álbum de Taylor Swift, The tortured poets department, podría alzarse con este premio. No fue así, ganó nuevamente Beyoncé.
La artista norteamericana se impuso en probablemente la categoría más importante, en Mejor álbum del año, además de ganar en Mejor álbum country, categoría en la que sí era la favorita con Cowboy Carter. Los rumores de que Beyoncé “manejaría” parte importante de la industria y de estas premiaciones lleva años, y que ha crecido exponencialmente por su vínculo con P. Diddy, acusado de múltiples delitos sexuales, y que también estaría relacionado con la industria gringa. La polémica recién está empezando…