Después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, enero es conocido como el mes con más solicitudes de divorcio a nivel mundial. Es tanto que se popularizó que ya lo llaman como el “mes del divorcio”, y se debe a una combinación de factos: Las tensiones acumuladas durante las fiestas, los conflictos familiares y las expectativas de cambio con la llegada del Año Nuevo, y al ver que no hay ningún cambio, la situación se transforma en desilusión y lo demás es historia.
El primer lunes de enero o el “Día del Divorcio”, es donde los abogados especializados en separaciones reportan un notable incremento en consultas y trámites en esta fecha.
Y nuevamente le tiramos la culpa a las fiestas, ya que ponen a prueba las relaciones, especialmente en casos donde ya existen problemas de antes. La presión de reunirse con la familia, los gastos excesivos e innecesarios y el estrés general del periodo pueden ser detonantes en muchas relaciones.
También hay que tener claro que enero simboliza eso de “empezar de cero”, lo que motiva a tomar decisiones importantes, como el fin de una relación.
Y recuerden amigos y amigas “sabes con quien te casas pero no de quien te separas”.