La ciencia ha demostrado que los billones de bacterias que viven dentro de nuestros cuerpos desempeñan un papel importante en el apoyo a nuestro sistema inmunológico y el mantenimiento de nuestro bienestar físico.
Pero ¿qué pasa con los otros billones de bacterias, arqueas, hongos, parásitos y, sí, virus, que se instalan fuera de nuestro cuerpo, en nuestra piel? ¿Esos microorganismos también desempeñan un papel importante en el mantenimiento de nuestra salud? O, como nos quiere hacer creer la industria del cuidado personal, que mueve 100.000 millones de dólares.
El Dr. James Hamblin, profesor de la Escuela de Salud Pública de Yale, hace todo lo posible por abordar esas preguntas en su nuevo libro Clean The New Science of Skin and the Beauty of Doing Less. En el camino para escribir su libro, habló con dermatólogos, alergólogos, inmunólogos, esteticistas, miembros de la comunidad Amish, teólogos e incluso estafadores. Como parte de su investigación, Hamblin dejó de ducharse hace ocho años.
Todavía se moja el pelo de vez en cuando, pero eso es prácticamente todo y según el investigador, “básicamente, adopté un enfoque minimalista. La idea es que estos microbios se alimentan de los aceites de la piel”.
Recalca que durante ese tiempo su novia le decía que olía “como un humano”. Dice que el científico que “todas nuestras preferencias culturales y personales son válidas, pero no necesariamente nos ayudan a permanecer vivos o a prevenir la propagación de enfermedades infecciosas”.
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