El asteroide Apofis, nombrado en honor al dios egipcio de la destrucción, tiene en alerta al mundo científico. Este colosal cuerpo celeste de más de 300 metros de diámetro se aproxima rápidamente a nuestro planeta, a una velocidad de cientos de miles de kilómetros por hora. Según cálculos recientes, pasará a solo 30 mil kilómetros de la Tierra, una distancia considerada extremadamente cercana en términos astronómicos y suficiente para que su trayectoria sea monitoreada minuciosamente.
El impacto de Apofis, en caso de desviarse y colisionar con la Tierra, tendría consecuencias catastróficas, comparables con la explosión de múltiples bombas atómicas. La comunidad científica observa su paso con cautela, ante el riesgo de que cualquier cambio en su trayectoria.