El estudio que se publicó en la revista Animal Behaviour dice que los perros, debido a su co-evolución con los humanos, pueden sentir y responder al dolor de sus dueños. Es tan curiosa la situación que los compitas de la Universidad Eötvös Loránd en Hungría compararon las respuestas emocionales de perros y cerdos domésticos ante sonidos de llanto y zumbidos… Con esto se logró demostrar que los perros se estresaban ene al escuchar el lloriqueo y no hacían nada con los zumbidos, con esto se deja en claro su capacidad innata de captar la emocionalidad humana.
Por el otro lado, los cerdos domésticos tenían poca reacción al llanto pero se estresaban con los zumbidos, lo que indica diferencias en la percepción emocional entre especies.
Igual se tiene una teoría en cuanto a los cerdos. Natalia Albuquerque, etóloga de la Universidad de São Paulo, explicó que este comportamiento en cerdos podría deberse a una interpretación diferente de los estímulos emocionales.
Con esto se refuerza la idea de que los perros están más propensos a “contagiarse” de las emociones humanas, una habilidad que sin duda ha ido evolucionando con el tiempo.