Siempre se no ha dicho que las polillas les atrae la luz, y que es por esto que dan vueltas alrededor de las ampolletas, de un foco o un dispositivo tecnológico. Pero esta no es la verdadera razón por la que se acercan, la verdad es la luz artificial hacen que los insectos se queden atrapados en una órbita que los desorienta.
Este estudio que desmiente el popular mito fue publicado en la revista académica Nature Commuications, el pasado 30 de enero. Los investigadores ocuparon cámaras de captura de movimiento para hacer el seguimiento a las polillas, obviamente filmándolas con iluminación infrarroja para no afectar su visión. Los expertos explican que los insectos al estar cerca de la luz inclinaban la espalda hacia la ampolleta y empezaban a crear una órbita en direcciones extrañas.
Todos los insectos nocturnos mantienen su espalda orientada hacia la dirección más luminosa que generalmente es el cielo, por ende, la luz artificial las altera. Esta técnica ha permitido a los insectos mantenerse en equilibrio durante sus vuelos nocturnos. El problema recae que cuando los insectos pasan cerca de alguna luz artificial, pierden su orientación y confunden la luz artificial con el cielo. Por esto siempre al estar cerca de focos los vemos dar vueltas y vueltas sin parar.
